Tu cuerpo sabe a muerte

Tu cuerpo sabe a vida, eres el sabor perfecto, el olor del bosque que se incendia por el fuego, los gusanos que caminan sobre la tierra y el musgo recorriendo todo tu cuerpo. Tú eres del color gris de las piedras, tienes la palidez del cielo en invierno. Tus ojos miran al infinito porque tu alma se ha ido sufriendo. ¡Dime si entiendes, dime si me amas! ¿Acaso no ves que he matado? Y tal vez lo siga haciendo: soy un ser demoniaco. Yo quería estar contigo y que nunca nada nos hubiera separado, pero ahora me doy cuenta que estoy podrido. Así que te dejo ir y prefiero quedarme. He esperado tanto tiempo sólo para ver tu rostro demacrado…