¿Quién comprendió esto?

Pesan los años diáfanos en redes extensas sobre nubes de humo. Entonces se tornan rojos los ojos que estaban soñando, tan alegres se expresaban que nadie los olvidaría… y su cara infantil, encantadora: los santos incendios de fuego inmaculado se apagaron en tu noche, misterioso becerro, vigilante del negro amor. Alguien nos otorgará la respuesta oculta, sabiduría terrenal unida al reino. He ahí los gritos de almas sufriendo, esperando el Señor, teniendo un vil odio liberado. Únicamente tienen algo que decir: «Ámense que el infierno existe, no la tendrán inmediatamente (la felicidad), reconocerán al creador».
Otros irán a morir en el cielo por los divinos años que hoy nadie ultrajaría. Esperarte recostado mientras pasan destruidos cadáveres de inocentes amores y pienso en respirar donde no se haya nuestro amor incendiado. Saber ofender si alguien se comporta mal. Bien nosotros perdimos otras nuevas alegrias mientras orábamos a los querubines de la noche, sangrantes, oscuros. Fe en Dios, en que no nos dejaremos controlar aunque estemos regando enteras las tristezas; entonces aparecieron ya, librándonos del mal, aquellos que murieron.

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El Ciclo

Por ahora debes recordar esto: nunca uses el saber tóntamente, recuerda olvidar a quienes estuvieron siendo tontos, así será entregada nuevamente al elegido, ¡cuán infinitas…

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