Pasión
María alarga la mano hacia su interlocutor y responde:
− ¡ Es un placer!
Sus manos, sus cuerpos se unen. Resplandecen estrellas en sus miradas, callan.
Su falda permanece alada, justo encima de la rodilla, y la temperatura
sube gradualmente mientras la mano viajera se aproxima al núcleo.
Texto publicado en el libro «Porciones Del Alma VII» -2021
© CMV
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