LA VIDA

Lo he intentado. He intentado amarte. Ser feliz entre tus sábanas. Sé que eso te gustaría. Que alguien como yo te amase. Alguien con quien no pudiste. 

Sé que no me has hecho tanto daño como a otros. Pero eso en sí mismo ya es triste. 

Eres el tablero. 

Yo soy el peón. 

Aún así no tomes mis siguientes palabras como una afirmación a tu importancia. Mi venganza para cada persona que murió sufriendo es ponerte en evidencia. 

Eres un puto tablero, un pedazo de madera, oro, tiza, depende del verdadero amo de la historia. 

Y no. No me refiero al que creó el juego. Dejemos ese aburrido debate. Él es sólo la mano que tira los dados. Aquí el prota es el dado. Se llama suerte. Y por mucho que me ames no me puedes proteger de eso. El día más feliz que podamos tener, puede ser el día en que suene el ruido más infernal de todos. Ese tintineo. Los dados. La suerte.

Algunos le llaman destino. Que tontos. Por una cosa que de verdad, nos hace a todos iguales. Ese tintineo. Pero supongo que eso es lo que da más miedo. Que da igual si eres el monstruo o el santo del siglo. Ese tintineo no tiene conciencia. No hay nadie a quien echarle la culpa. 

Lo que te destrozó la vida, 

ES 

UN 

PUTO

TINTINEO.

Que sádico. Nunca he sido dado a la autocompasión así que usaré tu amor. Usaré todo lo que me des. Aprenderé a ganar la partida y viviremos juntos y todos creerán que soy dichoso y feliz a tu lado. Pero es un matrimonio de conveniencia. Necesito algo de ti. Tú me amas. Supongo que es mejor que tus pobres otras parejas con miedo a morir y dejarte. Mientras las desprecias. No te supieron leer. El puto tintineo me sonrió con esa habilidad. LO ÚNICO QUE HAY QUE HACER PARA QUE AMES. COMO BUENA TÓXICA QUE ERES.

Es jugar contigo. Y cada noche estar bien con lo vivido aún si no te vuelvo a ver. Eres mi mujer florero. Porque, zorra el protagonista, SOY YO.