Calma
Ante las fauces violentas de un energúmeno
me aferro incólume a mi silencio.
Sus dagas verbales laceran hasta el alma,
pero de este tormento solo espero la calma.
Ante las fauces violentas de un energúmeno
me aferro incólume a mi silencio.
Sus dagas verbales laceran hasta el alma,
pero de este tormento solo espero la calma.
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