Mis últimos atardeceres

Mi estólido corazón no puede olvidarte,

carece de fuerza para cercenar mis ganas de amarte;

mi amor taimado ya no es decoroso a tus ojos,

mis presentes son nada, pues para ti ahora son despojos.

 

Suspire rendido al dolor inexorable, inclemente y cruel;

bien conocido por mí semejante embate de hiel

que trasciende el tiempo, ultrajando mi quietud,

haciendo perder mi razón y cualquier virtud.

 

Evocaste mis defectos utilizándolos de pretextos,

tus palabras dieron pie a los riachos en mis ojos,

respire pausado, desahuciado, sin beatitud;

torpe corazón, solo serviste para postrarte en un ataúd.

 

Corazón te digo culpable, culpable tu cien veces;

ahora paga tu yerro, muere lento de tus aflicciones,

ya no habrá ilusiones, sueños, esperanza, mujeres;

date a la muerte, y yo al dolor en mis últimos atardeceres.

Related Articles

Responses