Destino
Mi destino inevitable es amar,
mas que las cosas vanas,
el incesante pulsar
de sus ojos de diana.
Fue delirio ver danzar
su reflejo, piel de luna,
ventana hacia el mar,
portal hacia la locura.
Mi destino inevitable es amar,
con la tenue amargura
de mi alma, que al quebrar
el silencio de la noche
sueña y reza por robar
la soledad de su belleza.
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