A UNA MADRE

Divino ser de la sapiente especie humana

Que tras feliz noche de amor te hiciste MADRE
Tu vida debió fructificar a edad temprana
Y compartiste con otro ser tu sangre.

Con preñez de hijo y de ilusiones
Desdeñaste del mundo fútiles alegrías
Y escuchabas cercanas las canciones
De esa criatura que vida presentía

Robaste a las noches siglos de tu calma
En tanto trajinar alegre o triste
Y esperabas impaciente aquella alma
Por la que tranquilidad tanta perdiste

Y llegó por fin ese hijo amado
En un día para ti de treinta horas
Lloró y lloró, tal vez desconsolado
De ver en derredor vida tan sola

Y ahora estás allí, dulce mamita
Con Dios por compañía en tu abismo silente
Entre lirios y nardos, muy dormidita
Quietecita, preciosa, muda y ausente.

Oscar Vargas Montoya (colombiano)

Dedicada a la madre(QEPD) de mi amigo GALLITO de Chile

Related Articles

Responses