Y: ¿Por qué no?

AL amanecer cae la desgracia del sueño que me unía a ti,
abro los ojos y me enfrento al decaer de la rutina; rutina permeada por obligaciones que asumo.

Cada paso que recibe aquel asfalto trillado por el tiempo me resuena en el alma angustiada y moribunda, todo por querer cerrar los ojos y reflejarte en mí.

Anhelo un beso en mi mente, un abrazo en la fría madrugada, y ahí poder caer eternamente feliz, efímero, somnoliento por un ¡Te amo!
Y: ¿por qué no? ¿por qué querer alejarme si a la final es el sueño que me aterriza en éste, el diario vivir?

Y: ¿Por qué´no?, ¿por qué esperar a que muera todo dentro de éste pensamiento proyectado?, ¿por qué esperar que los oscuros amores se reflejen en un presente continuo y hasta la eternidad?, así que no seré parte de todo ésto, por eso abrí los ojos y a mi costado estás tú, tu quien me abraza y vela por por nuestro hogar.

¡Abrí los ojos! y ya somos dos, en la eternidad.

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