Vuela la polilla

Subiendo las escaleras,
una polilla revolotea,
no para, no, no para quieta.
Me he dejado el vaso en la mesa.
¿Queda café en la cafetera?
Hoy no he hablado con ella.
Le voy a dar una sorpresa,
seguro que no se lo espera.
Aquella noche con Nerea
sentados los dos a la mesa.
Perfecta cena aquella.
El tiempo vuela y vuela,
y la polilla marcha fuera,
feliz porque libre vuela.
Su ausencia mucho me alegra.

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