Ve y cántale que la amo.

Yo le hablo a mi avecilla:
_ Ve y cántale que la amo.
Y ella se calla y me mira,
me mira y sigue cantando:
_ ¿No ves, amigo mío,
no escuchas lo que te canto?
que sois las piezas que faltan
en el amanecer de los pájaros.
¡Qué vengo a diario a quejarme,
qué no podéis estar separados!

¡Ay, querida amada mía
con qué intensidad te guardo!
Que hablo con desesperación,
mi dolor, mi ave va cantando.
Es por ello que no te visita
solo canta la voz de mi llanto
por no poder respirarte siempre
por no tenerte a mi lado.

Haré una cosa, mi niña,
hablaré con mi pájaro:
_ Cambia el registro avecilla
cántale que este amor que crece
de nuevo estará respirando.
Deja de cantar penas, no quiero,
que soy feliz sólo con pensarlo
guardarte esto tan grande
es lo mejor que me ha pasado.
Anda ve y dile, avecilla
que siempre la estaré llevando
en el corazón, tronador alegre
donde amanecen mis cantos.
Dile que la quiero mucho
que siempre iré recordando
que llevo su mirada anclada
en mi alma suspirando.

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