Una voz que me llama.
Una voz me reclama hallá en lejanas riberas,
un grito esperanzado que me pide estar cerca.
Rebota el eco en mi alma y retumba
pintan de gris mis piedras dormidas.
Pienso hacer el camino, transitar
llegar al umbral de mi pobre conciencia
redimir cuentas pendientes escondidas
recoger el pasaporte de tu aventura nueva.
Construyo las alas furtivas de terciopelo
el pelo agreste peleará su furia al viento
y volar hacia la red de locura y ensueño
volar hasta la cumbre, hasta las flores.
Esa voz, faro luminoso que me guía
en humildad severa me lleva
desnudo y descalzo vuelo
con pájaros azules y verdes en mi desvarío.
Hay una voz que me llama desde remotas cimas
una voz profunda que me pide estar cerca.
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