UNA PLUMA

A veces me gustaría ser como aquella,

aquella que lanza a un lado y a otro,

galante y conmovedora,

fina y silueta divina.

Cayó del cielo,

Cual alma viva,

como a veces,

nos desprendemos,

de lo que más queremos.

Y así, tal cual,

gira y gira,

hasta posarse en el suelo.

El niño , en la mano derecha,

una piruleta roja,

como sus mejillas,

¡GORDOTAS!

Con la izquierda…

Coge la pluma

¡Álzala! ¡Vuela!

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