Una maleta y dos corazones

¿Quién es de aquí? ¿Quién es de allí?
No eres dueño de tu lugar natal, nunca te ha pertenecido.
Deambula como tu sangre, ella es movimiento, al igual que debes serlo tú.
Estás allí y no te olvidas de aquí, tu corazón de dos caras se desorienta como un adolescente sin carisma.
Patriotismo? Eres alma, observa de bien alto. Ni africa es negra ni europa es blanca.
No arrastres tu raíces, libéralas, ellas te esperarán. Grandes, fuertes, minúsculas o golpeadas, siempre serán tus raices…
¿Quién es de aquí? ¿Quién es de allí?
No eres de donde te han parido, eres de los rincones que te han enseñado, eres de todos los segundos de tu vida, eres tus errores dispersos por aquí y por allá, eres de aquí y de hoy…
Y él? Él está por ahí, porque los de aquí, supieron ser de allí y de aquí. Las raices esperaron…
Entonces, ¿de donde somos?
Has visto amigos llorar, también los has visto alejarse y los has visto volver…
Migrar es un camino, unos caen, otros evolucionan, otros olvidan y otros se ofrecen al mejor postor.
«El viaje» del emigrante, y aún más el del inmigrante, es gratificante y hostil, sabio y febril. El grito de tus raíces es incesante y retumba en tu memoria.
El dolor del vacío lastima y hiere, y sobrevivir es ley.
Aferrarse fuerte del amigo fiel es primordial. Él, como tú, viene herido. Ayudaros mutuamente y añoren vuestro nido, la nostalgia es lo bueno de haber partido.
No se quién es de aquí ni de allá…
Tus ojos húmedos, limpian tus sueños oxidados que te acompañan hoy.
«El mundo», el glamour, la sobrevalorada Europa, el café de París. Momentos efímeros que hacen bien, que enseñan, que permiten ver de fuera lo que nunca creíste ver. Pero el «olor de casa» ¿Dónde está? Ya nada es igual. Ya no hay esquinas, ni baches que saludar, ni la fotografía del arbol viejo, ni la casa en ruinas que era tu cueva para jugar.
El pueblo rico y dividido de hoy, empapela al feo y auténtico de ayer, al de la infancia… Esto huele diferente, el pasto y la tierra han cambiado de fragancia, algo se ha perdido en el viaje.
Ya eres de allí y de aquí también, crees saberlo…
Aquí, o sea allí, el horizonte es ajeno, no lo reconoces, el tuyo era verde manchado de silencio y pasado. Y aquí es frío, frío y lejano…
Soy de donde puedo ser. Gané, perdí y aprendí. Siempre luché y por sobre todas las cosas viví, aquí y allí.
– RCH.

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