Tu recuerdo

tantos meses sin tu presencia me hacen preguntarme ¿cuál es mi propósito en este lugar?, tu vacío es inevitable en mi vida, mi alma pide a gritos estar acompañándote, allá en un pedacito del cielo, pide un último abrazo, un último beso, un último degustar de aquel exquisito plato cocinado por tus hermosas manos.

De un momento a otro mi subconsciente me traiciona, me regresa a ese día, ese día en que te perdí, el silencio aborda cada parte de mi ser, me encuentro melancólica, sin salida, me sofoco, intento luchar contra mí misma, pero, solo veo tristeza y temor a mi alrededor, veo a aquellas personas cercanas a mí, viendo cómo se derrumban sin querer decirlo, viendo como callan e intentan ser fuertes, pero es evidente su dolor, las lágrimas me traicionan, los ojos amenazan con soltar todo lo que llevaba intentando olvidar, intentando no regresar a aquel día, sin embargo ahí me encuentro, una y otra vez, siento como todo lo reprimido baja a través de mis mejillas coloradas, aquellas que añoran un último beso de sus pequeños y rojizos labios.

Siento el sabor salado llegando a la comisura de mis labios, necesito solo un poco de amor que reflejaba su sonrisa, esa bella sonrisa que me abandono hace tanto tiempo.

En el fondo se escucha la bella melodía de la guitarra, toca unas suaves notas, sin embargo, yo solo pienso que con cada segundo que pasa, me vuelvo prisionera de los brazos que hace un invierno me arropaban.

Mi cabeza me hace una mala jugada haciéndome creer que ella está ahí, frente a mí, sonriendo como solo ella sabe hacerlo, pero no, todo se desploma, lo único que logro ver son las hojas de aquel bello árbol que caen al tranquilo y transparente lago.

Ella era mi única armadura, la cura de mis problemas, ahora que se fue, tengo dudas, ni siquiera sé que me duele más, la cabeza o el corazón, se ha olvidado de mí, me ha dejado sola, cuando siempre fue la única cosa que le pedí jamás hiciera.

Se me acerca mi padre intentando ser fuerte, pero yo a mis adentros se, que en algún momento se derrumbará, no podrá seguir escondiendo su dolor, ni fingiendo que todo está bien, me abraza, me recuerda cuando ella lo hacía, de esa manera tan dulce y transmitiendo paz, lloro, lo hago sin poder detenerme, me duele, me duele que se haya ido, no es justo, le ruego al universo que me la de vuelva, que me la de solo un par de segundos, la extraño día y noche, cada vez es peor, siento como si con cada suspiro que doy me atravesaran el corazón con una pequeña pero filosa aguja, mi padre me mira a los ojos, sonríe de manera tímida, me limpia las lágrimas que ruedan por mis mejillas, no lo soporto más, aquellos recuerdos donde me encontraba a su lado, donde era feliz, aquella época donde tan solo era una pequeña niña acurrucada en su pecho, el instante se me hace eterno, me pesa cada paso que doy cada palabra que digo, cada sonrisa que muestro, todo es falso, es momento, momento de dejarla partir, es tan sencillo y a su vez tan complejo.

regreso a la realidad, me encuentro frente a las palabras: descansa, estas en nuestros corazones, recuerdo que eso sucedió hace 4 meses, en aquel frio diciembre, le dejo las flores que traía, me marcho cabizbaja, y solo logro dar gracias por todo el tiempo que logre pasar con aquella hermosa mujer.

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