Tsunami
Me gusta ir a la playa, o al menos me gustaba. Ahora verlo lleno de peces muertos ya no me causa tanta gracia. Recuerdo cuando de niño soñaba con aventurarme a entrar hasta lo más profundo y conocer todo lo que el mar tenía para mí. Ver cada promesa en cada uno de los peces me permitía admirarlos con mayor embeleso, deleitarme en la variedad de colores y tamaños que el mar me enseñaba. Había veces que incluso podía escuchar al mar hablarme. Recuerdo que tenía voz de princesa: Dulce y llena de cariño para dar. Grabadas en mi mente quedaron cada una de sus palabras, todas las que hacían mi corazón saltar de amor y felicidad.
Siempre me pregunté: “¿De qué estará hecho el mar?” Hace poco al fin entendí de dónde provenía su sabor salado, vaya que me sentí como un estúpido por no darme cuenta de que tanto lágrimas como el océano compartían el mismo gusto al paladar. Al entenderlo, poco a poco los peces fueron muriendo, uno por uno… Cada una de las promesas que simbolizaban desaparecían sin siquiera decir adiós. Con el dolor de dejar de escuchar aquella preciosa voz del mar, mis ojos lloraron. Vaciaron sin escatimar cada lágrima que pudieron. Con ellas, el mar crecía y crecía, acercándose más a mí en la orilla. Ahora daba miedo: Aquel vasto y profundo mar repleto de peces muertos asustaba al pobre chico que algún día había soñado con conquistarlo.
Decidí alejarme de él. Corrí lo más rápido que pude lejos de la playa, pero fue inútil. Tanto había crecido el mar que no fue capaz de mantener para sí cada lágrima que lo había llenado. Aquel tsunami fue inesperado pero predecible. Arrastrado por las olas, encerrado en el océano del llanto, no hice más que ahogarme y rendirme. Jamás pensé que aquel mar al que tanto amaba podía ser capaz de tanto desastre.
Irónicamente, sigo amando el mar, pero ya me cansé de que amarlo duela tanto con cada tsunami que pasa, con cada noche en que simplemente no puedo seguir siendo fuerte. No podría decir que nos hemos vuelto amigos con este tsunami, pero sí que nos vemos mucho más últimamente. A lo mejor un día podremos estar en menos conflicto juntos, pero por ahora simplemente no puedo.
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