Te llevé siempre en mi alma
Yo no conocí a esa niña
que dibujaba los campos
de frondosos bosques verdes
y riberas cristalinas.
Nunca me persiguió
en juegos infantiles
ni me miró con rabia
cuando fue incapaz de pillarme.
Nunca me pellizco en los brazos
ni conocí su mirada quieta
clavada en mi espalda.
No viví su tiempo
ni escuché cantar los vencejos
veraniegos en su espacio.
Yo no estuve en ese lugar
por donde ella transitaba
sin saberlo, buscándome.
No se me hizo tarde por su culpa.
Ni compartí con ella
rodillas esconchadas.
Yo no estuve allí
y ahora me pregunto por qué.
Tengo que darme prisa,
debo recuperar risas y complicidades
besos escondidos
entre juncos y espátulas.
Árboles heridos con iniciales,
miles de horas
con el sol en la espalda.
Yo no conocí a esa niña
y sin embargo la llevé
siempre en mi alma.
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