Soneto
En la sola sombra que la luz deja,
en esta senda cuyo fin es verso,
las letras en mi cabeza retuerzo
y de mi andar vano el tiempo se queja.
Mi sueño, que al de un loco se asemeja,
de en calmada dicha vivir inmerso
y de dar nombre al universo,
disculpa que la noche se haga vieja.
Pasan los meses y escapan los años,
y a los días los pierde la memoria:
solo ahora es, cuando ya se ha ido.
Corta es la vida como para engaños:
descree del tiempo, tristeza ilusoria,
y sé ya, antes de que ni hayas sido.
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