Soñando tiempos, vidas y otros cielos.
Detesto el movimiento que desplaza las líneas
que marcan el camino de dos almas que se buscan.
Detesto consumir los días prestados
contar a solas las nubes que pasan.
Lo que mi pecho canta se escapa al cielo.
Fiscalizo este destino que me retiene
que no me deja respirar tu aire.
Quiero ser bella flor amarilla
que miras entre tus pasos
que con delicadeza extrema es apartada de la tierra
etéreo sacrificio para vestir el jarrón de tu cocina.
Mi corazón abisal necesita
germinar su deseo en tu ardiente mirada
dejar escapar, libre, mi razón de inmediato
y volar en la noche inmensa hasta dar con tus pasos.
Será entonces cuando florecerán nuestras almas
abrigándose una a la otra, libres
despreocupadas de antañas nieblas húmedas en llanto
que vistieran antaños ojos.
Y caminar, correr, vivir…
sentir el placer en todas sus formas
tumbados en la hierba
impulsos latidos de pechos soñando.
Reconvertir el tiempo en ese tesoro esperado
fragmento de una verdad con mayúsculas
digna de reinar en nosotros para siempre.
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