Sobredosis

Se asomaba a la ventana
Todo fuerza y fulgores
Con su sonrisa dorada
Presentía la partida

En el lecho un muchacho
Joven, viejo, destrozado
La aguja cuelga del brazo
El cabello enmarañado

Sus dedos de fino estaño
Acarician su cabeza
Susurran cálido y bajo
Palabras de vida al oído

Óyeme niño, niño
Tu alma destella vigor
Vence ya tu sueño
Deslumbras de puro amor

Sol, déjame soñar
Dormido estoy tranquilo
Vete, déjame descansar
Despierto vivo perdido

Vengo del vacío inerte
Nací sin quererlo nadie
Sin padres, familia ni gente
Volveré donde nunca estuve

Cambio vida por muerte
Soledad por no tener
Conciencia de mi ser
Mis gritos por mudez

Por las sombras vuela veloz
El rey del oscuro hades
Metálica y dura su voz
Sobre dragones ardientes

Ven conmigo, niño, niño
Yo te tendré a mi lado
Apagaré tu dolor
Sucio y ensangrentado

El mundo no lo sabe
En el aire nadie le mira
Bajo tierra un cuerpo yace
Con la sombra de una encina

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