Sin presencia de testigos.

Debes vaciar la mochila
Nada en ella has de dejar
Lo curioso de este viaje
Es que todo el equipaje
En tierra se ha de quedar

Descubrirás que llevabas
Tanto peso de deshecho
Que las correas del pecho
Fuertemente se clavaban

Algunos llevan ahí dentro
Desde eras muy lejanas
Oxidados y punzantes
Impidiendo el movimiento
Con incidencia malsana
Y parando el adelante

Justo ahora eres consciente
De la carga acumulada
En bolsillos olvidada
Tan mohosa y pestilente

Grandes planchas de metal
Fundidas en rencor vivo
Que te esforzaste en forjar
Sin tener claro el motivo
Sin deseos de parar
Sin presencia de testigos.

Pero ya no hay marcha atrás
Tienes que seguir vaciando
Y lo que vas encontrando
No te parece de más

Un saco de suaves plumas
De un rojo casi chillón
Altamente confortable
Cortaviento, impermeable
Sobre esterilla limón
Esponjosa como espuma.

Una cantimplora llena
De agua limpia y transparente
Sin olor ni remanente
De degustación serena

Y tus botas favoritas
Compañeras de sendero
Andadoras silenciosas
Abnegadas y valiosas
Con un valor verdadero

Solo queda por bajar
La última cremallera
Date prisa pues te espera
Tu destino y tu lugar

Esta de lo que está llena
Es de gratas despedidas
Han venido de lugares
Olvidados de tu vida

Y piden acompañarte
Andando hasta la estación
Y besarte y desearte
Que esta finalización
Sea principio en otro plano
Donde tu cabello cano
Recobrará su color.

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