Sentidos despiertos

De paseo por un día cualquiera,
en un lugar bello y hermoso,
hay un sendero de color azul.
La hierva es rosa y bien podada.
Nada se ve a lo lejos, simplemente un horizonte;
el cielo es infinito, brilla de colores.
Me encuentro caminando sobre la hierva.
Me alejé del sendero.
Recita el viento un regreso:

«No viste quien te mintió.
Creíste estar en el paraíso.
Tu corazón lo sintió,
la mente se arrulló, es lo que hizo.
Te preguntas a ti, y a tu amor,
pero sólo eran dos almas.
No encajabas, saliste sobrando,
tu dolor, la amabas, ahora estás llorando.»

Grito con dolor, pero sin perder la postura:
-No he descarrilarme por ti, no he de sonreír.
Te crees que lo sabes, pero mientes.
Este lugar parece mágico, pero es un sueño,
y en él me encuentro dormido.
La razón que me trajo hasta aquí.

El viento deja de existir y me desmayo.
Al despertar sigo soñando;
estoy parado en un punto cero.
Y delante mía un águila que vuela hacia delante.
Sé que debo despertar, volver a intentar;
un comienzo nuevo, donde soy desconocido,
y cuando despierte siga en el mismo camino.

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