SECO Y ECO no riman duelen

En un mundo de dolor,
De lagrimas secas
por tanto mirar lo mismo,
donde un órgano palpitante
acariciado por medusa
piedra se volvió,
dejando de retumbar en el pecho mío.

En un sitio desolado,
con ausencia y dolo acompañándose
con ecos de gritos desesperados
y sentimientos enjaulados
cansados de luchar
para poder salir,
de esa jaula resistente
creada por el hartazgo de sufrir.

En un campo fracturado,
yace un alma desfragmentada,
por la escases de lluvia de ojos,
que por exceso de riego
el liquido se termino.

Y como un terreno en sequia
agrietado, viejo y sin color
quedo.

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