Rimbaud
Arthur Rimbaud
Azul
—Cuál Arquero de Alpha Centaury, «Libra» en tu corazón de hombre trillado por el parto.
Fue tu esperma azul, ombligo de Crisol y fetos, probeta y seres embrionarios, germinando en cada consciencia superhabita. (La iluminación de Monde, )— braquial, antebrazo derecho, derribado por neuralgias, ( cuál esgrima de puntilla y órbita de Saturno en Uranlomelenio. ) Dormido en Florecelia, tu peto de Mashilita, curvando la piojoza andaluz de tu brillar más inmune, azul como el quejido de los montes, como trailita en tus ojazos de piedra. «Más guirnalda de ambarino, pupo con pelambre de riñón, » — Aullanado por Aristóteles y en tu plexo braquial, «Platón».
Son las decimas de Madam Vitalie.¡Oh, el carcinoma de tu parálisis ósea en cada pieza de muñón ardiente!
Ardes, como fuego.
Elevando tu Prolacos, extiendes tu Himno de coaxigoto, ovovivíparo y genital con testosterona, sudorificando células y uremia. (Pero Fosfolipidelinozena)tu semblante, cada arco, en tu omoplato, vomitivo los astros, cubiculos de sexoides Hermafroditas por menstruadas lineas de gotas azucaradas y bolos de gen en tu pecho danzarin, bebiendo líquidos prolactinos, ingeriendo beneplácitos venenos con Morfina para calmar la ansiedad.
Sin embargo; el obsceno, el punto de tu coito enfermo por angulos de chorros faciales y cornetes de narinas y trompas de Venus, uniendo el fosfolipido con el organopolipedo y la turba de tu prepucio banal con la siniestrola risa de las puritanas qué evocan magia con su eglabolar. Porqué el óvulo de mi vientre lleva tu ciclo en nueve meses de embarazo.
Como pelusa de cataplasmas, ¡Oh, genital! Azul, te besa en los cabellos encanecidos. Azul, te mece con pedicuras angliomelesanas, amamantando pechos con tus bolas de oro y dando hijos a la imaginación con invaginaria…
Y el ectodermo, con su hioglabastemo. O €¥¤π Después, tu cuello pegado al paladar, sufriendo con apareamientos de hembras y machos en la noche, creando masa infinita, hasta el cero más negativo.
O como lo es el rectangular cruzal de tu armazón de branquias con pescuezo de rana y pies de bestia ardiente, subiendo al monte Sinai. Y el huevo, con su cáscara, rompe al pilluelo con su dragón, y la mielasa, con su nata y su bocadillo de atún y maiz tostado, envaginal, vaginal y testicular, como caderas de fetos con parásitos en sus placentas, tú, Arthur, vives en todos ellos, ovalizando y sexualizando genes con tu habla y mente Árabe con hilos de esquizofrénico y alas de Nike..
¡Eterno seas, Arthur Rimbaud!
Fue tu gracia, mi corona de santa y tus palabras épicas mi poetica Romanza de los tiempos alegres y festivos, cuando la primigenia oval, oraba por los perdidos en tu mar azul…
Oh, gelioblastomal, engrandece a los poetas débiles con sus letras, tan sólo citando un vocabulario tuyo, enfermo, dramático pero infantil con la fuerza de la preñes de una mujer embarrada de sangre con un enclenque que recién ve al mundo de los sabios…
—Azul, Azul, sólo, Azul… —
Ve girando planetas, como legiones de belleza en tu cabello rubio—pálido. —
O burlaste la Alquimia y pululaste por inmensos torreones de germenes, animales unicelulares y gramos de canes hirviendo por tu cabeza de Rey. Naciste en Septiembre, cuál fuerza, semejante que te empujó a la tierra.
Cuál higo de traquea, fumigando tu hechizo, cuál coralia, el invernal tesoro, fundió tu corazón en crueles amaneceres.
Porqué Isabelle, lo sabía..Entendia qué un genio como tú, no iba a poder vivir muchos años, y aún así, te cuido….fue ella, tu ángel y tú, su protegido. Mientras tu hermana dibujaba y escribía, una pluma descansaba en tu pecho. Una flor en tu corazón, Azul, como el cielo…
Desde muy jovencita, Arthur, te siento.
En mi, como en mi pulmón.
Dándome consejos
Eres el justo libertador
Compareciendo entre las causas
Tú, sabes, de mi vida…
¡Oh, Arthur! Divino— gracia,— celestial, mi muñeco hermoso.. ¡Suenas como trompeta divina!
—A tus santos pies, poetas, se inclinan.—
Nadie más grande que tú
Ningún hombre con tus capacidades mentales…
Ningún hijo de Neftali con tus idas y vueltas…
Sólo tú, Arthur…
Creciendo y haciendote grande como una ópera…
Enorme
Majestuoso
¡Oh, Arthur!
Inmenso seas
Si algún poeta se dice ser poeta, debe al menos, leerte una vez para ser salvo…
Nadie como Arthur
El genio de las Ardenas.
Es el máximo exponencial de talento y primocidad, como ley suprema, vive en todos los que lo buscan y en todos los que hacen magia a si lado, sólo Arthur, sólo él, para vivir…
¿El gran Arthur, el mágico poeta!
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