Primera de reflexiones

Oh corazón maldito, que desbordas nobleza aun cuando no quiero

Oh mente peligrosa, que en tu afán de existencia escupes palabras inoficiosas

Oh alma estúpida, que por tu inmortalidad zozobras en la oscuridad brillantes anhelos

Mejor maldito corazón, no escuches a tu mente que por ella padeces crueles desdichas

Mejor mente peligrosa, huye de tu alma, huye, que es una desgraciada que solo piensa en si misma

Y tú, alma estúpida, que en tu egoísta inmortalidad nos miras con desdén, vete y abandona este cuerpo

Cuerpo que esta harto de tu prepotencia, no esperes a que me pudra para decirme que aún me quieres…

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