Por vez última…

Lo que
quiera
que fue,
el tiempo
se lo llevó
todo,
y no queda
ni el
recuerdo
de lo que
fuimos…:

¿Acaso
no es el
perdón,
Francesca
mía,
la expresión
más noble
del amor
cristiano?

¡Ea, pues,
soltémonos
las manos,
y salgamos
de este
círculo
infernal
en que
el Dante
nos puso,
y vamos
cada cual,
dulce Francesca,
a la región
del cielo,
que Dios
nos reserva…

Y así,
besa tus
labios,
por vez
última
en el furioso
torbellino,

Paolo

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