¿Por que debemos escribir?
El acto de la escritura, en cualquiera de sus variantes, nace de un deseo profundo de comunicarnos, de ser escuchados y comprendidos, pero el acto de escribir, va más allá de lo que vemos, es, en sí mismo, un acto de afecto por el otro, una representación gráfica del interés y la aceptación de la alteridad, la atención al detalle, a la estructura de las letras y la perfección de la ortografía se convierten en una muestra del afecto hacia el receptor de lo escrito.
El que escribe de manera diligente, intenta comunicarse con el alma del lector, con sus emociones y sentimientos, este, al percatarse de lo anterior, descubre en el esfuerzo del que escribe, una emoción sincera convertida en letra, en la transmutación de lo etéreo a lo físico, lo que lo lleva a descubrir su importancia y valía ante los ojos del escritor.
Pero seamos sinceros el que escribe, busca de manera inconsciente la inmortalidad de su alma, el creador y el receptor de los mensajes son mortales y finitos, eventualmente desaparecerán del plano físico y de la memoria, pero lo escrito, lo plasmado en letra, es inmortal y se vuelve compañero de los sueños e ilusiones de las generaciones venideras y ruina perenne de las generaciones pasadas.
El que escribe es presa de sus reminiscencias, del pasado y del presente, pero, encuentra en la escritura, una herramienta que le permite transmitir lo que no existe pero que le pertenece, algo que le da la habilidad de dar vida a aquello que encuentra preso dentro de su alma y liberarlo para que viaje entre los sueños de quienes esperan recibir el mensaje y que los convierte en cómplices de las memorias que los unen.
Entonces, escribamos, escribamos una y otra vez lo que consideremos importante, escribamos en los libros de nuestra historia aquello que creemos digno conservarse, porque la palabra hablada desaparece a la par de los que las han dicho, pero lo escrito, permanecerá en la mente y en el alma de quien lo lee, y así podrá hablar con los que le siguen y formar parte de las esperanzas y los sueños de los protagonistas del futuro.
Autor: Jesús Corrales Romero.
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