Pensemos
Cuando somos niños, reímos, jugamos
no tenemos preocupaciones por el venir…
Disfrutamos cada detalle, cada momento
de nuestra pequeña vida.
Ya siendo adolescentes, nos preocupamos
por nuestra imagen,
en como esta nuestro,
como vestimos,
si nos salieron granitos en la cara o no,
en las opiniones de los demás,
O también al contrario, que no nos
interese la opinión de otros sobre nosotros.
A veces estamos tan preocupados en nosotros,
que pasamos por alto, esos momentos tan especiales que nos regala la vida,
como pasar un rato en familia o con amigos,
el amanecer o el atardecer del sol,
el olor a las aguas saladas de las playas,
ese rico perfume de las flores del campo,
el cantar de las aves,
o los chistes y bromas de ese ser tan especial.
Cuando crecemos, nos olvidamos de esos momentos especiales
y no somos agradecidos,
nos enfocamos solo en nosotros,
convirtiéndonos en un ser egoísta y malo,
que por una pavadita o algo que no nos agrado nos enojamos,
y creemos que es el fin del mundo.
Mientras que otros están sufriendo,
muriendo por falta de comida o agua,
otros están en medio de una guerra
deseando que pronto termine,
otros caminan kilómetros y kilómetros solo por un poco de agua,
y algunos afrontan la perdida de un ser querido..
Dejemos de pensar tanto en nosotros,
y pensemos en aquellas personas que la están pasando realmente mal,
pensemos más y que no sea solo en nosotros.
Dejemos que ese niño interior salga,
para apreciar los momentos de la vida y
cada uno de sus detalle,
porque la vida es corta…
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