Cuando me escuches que sea en silencio,
cuando me mandes, cuando me señales
y cuando me alucines, que sea en reposo;
también mientras me miras y me sonríes
entérate que nadie espera una respuesta.

¡Ah!, pero si quieres lo que yo digo,
que yo me delate o sea vacilante;
Entonces lo haré sigilosamente
como el cine mudo, calladamente,
como los claustros, solo en sosiego.

Y cuando el lenguaje, mujer,
asimiles y le des redondillas,
además de negras alusiones,
mis sentidos que enmudecen
hablarán de ti en mis poemas.

Como el que piensa en volver

Sin un adiós, un te quiero

Las llaves en la mesilla

Así te marchaste

El libro encima, abierto

La conversación pendiente

Así nos dejaste

Caminar seguro

Cabeza alta, erguido

Sin tristeza, sonriente

De mi te alejaste

Me llena tu vacío

Tus cosas no son sin tí

Mi corazón perdido

Acaso tú ya supiste

Que no es para siempre

Es un tiempo, un instante

Futuro, pasado, presente

Es sólo otra dimensión

Una frontera fingida

Lo viste, lo entendiste

Antes de irte

En otro sitio muy lejos

Y también cercano

Nos encontraremos

Otro espacio, otra tierra

Otra mirada, otra vida

Pero los mismos besos

Juntos los dos, tú y yo

Entonces todo nos diremos

Como un bebé de meses

Al que por un momento

Apartan de su madre

Sin poder comprender

Que es un breve instante

Niño, niño, no llores

Volverá tu luz y tu sol

Tu tranquilidad, tu alegría

Aquieta tu temblor

Así me siento yo

Hombre por fuera

Niño en mi interior

Y siempre, siempre, siempre

Dondequiera que estés

Quieto, en silencio

Te espero.

Me atrapó y no me quiere

Me suelta y me trae de nuevo

Como un mal pez, terriblemente malo

Como un plomo en mi estomago

Como una llama en mi espalda

Nadando contra mi mismo

Frío y solo

Esperando esa fuerza que se que llegará

Intruso de si mismo

Exagerando y debilitante

Me mantengo aquí.

 

 

Un día, con ojos vivos, estuve,

sostuve mi respiración,

retuve mis pies.

Por un instante, lo hice,

me mantuve aquí y,

en parpadeos me marche

 

Ahora veo,

aquellas flores que crecieron en mi ausencia,

cada tallo, conexión suave y tenue.

De alto valor, sin quitar su maravilla, 

las que florecieron cuando me fui a dormir.



Ahora, lo veo

universos vivientes,

el mundo gira, sin mis pies en el. 

Eternos sueños,

se quiebran y renacen,

aunque de mi, solo esta mi ausencia.
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