Pandemia

Mi corazón se ha ido con todos mis amados viejos, amigos y compañeros que partieron.
Con los médicos y enfermeros que dejaron sus vidas por salvarlos.
Con las madres que no pudieron ver nacer a sus bebes.
Con todos los que no pudieron despedirse, dar un último beso, un último abrazo, un último adiós.
Con todos los que ya no podrán alimentar a sus familias.
Con los jóvenes que no podrán abrazarse.
Con los niños que no pueden jugar con sus amigos.
Con mis músicos, poetas, deportistas, científicos, intelectuales, artistas admirados que se fueron.
Con todo lo perdido, con lo que ya no será.
Con la vida que tuvimos y no apreciamos.
Mis lagrimas no alcanzan a llenar tantos abismos en mi alma.
Mis ojos no pueden dejar de ver lo que fueron.
Mis pensamientos siguen atados al pasado, sin esperanza de recuperar tantas gentes de ese ayer
tan reciente.
Mis emociones están allá con ellos los que se fueron, aquí con los que no pueden regresar a sus
vidas anteriores, con los niños que tendrán un futuro pobre.
Mi mente sigue luchando por salvarlos, por amainar su padecer.
Mi alma los vela en silencio, y llora con ellos allá y aquí. Se quedó extrañando y añorando el
mundo que ya no está.
Necesito morir en vida, para poder sentir la vida de otra forma, para asimilar tantas perdidas,
tantos recuerdos lacerantes, tantas alegrías desvanecidas, tantos sueños truncados, tantos deseos
frustrados.
Necesito morir en vida lentamente, profundamente concentrado en todo lo que paso, en lo que ya
no puedo cargar, en filo del presente, en el fin de una época.
Necesito morir en vida para vivir algo de sus sufrimientos, de lo que perdieron, de las ilusiones que
no alcanzaron, de todas las cosas que ya no vivieron.
Necesito morir en vida, para renacer con algo de esperanza, con la vista puesta en un nuevo cielo
azul, soleado.
Renacer ligero, humilde, tranquilo, con Fe.
Renacer con energía para trabajar más que antes, y disfrutar algo de lo que ellos ya no podrán.
Renacer para agradecer por todo lo que vivimos y disfrutamos, por todo lo que aprendimos.
Renacer para entender la profunda enseñanza que nos fue dada.
Renacer para entregar lo bueno que me queda a los sobrevivientes.
Renacer para liberar mi alma y que vuele liviana cuando los alcance, finalmente.

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