Otro día más
La vida no para, sigue,
y ella nos lleva, sí o sí,
veinticuatro de diciembre,
una noche cualquiera,
como la del cinco o seis,
de cualquier otro mes del año,
y será tan buena como
todos nosotros queramos.
Mejor será olvidar el ego,
dejarnos de cuñados,
hermanos y hermanas,
y de miembros y miembras
de nuestras familias.
Y ver seres humanos,
que sienten y padecen,
como todos nosotros,
con ideas y problemas,
con preguntas y respuestas,
aunque no se den cuenta,
o se les haya olvidado.
Nadie es perfecto, claro,
pero podemos mejorar
si reducimos las dudas.
Podemos reír y bailar,
escuchar buena música,
y si hay farra, bienvenida sea.
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