OTRA OPORTUNIDAD. Marcelo Malonnek

Eolo acaricia su semblante poético en la ribera de aquel espejo infinito,
donde los astros reverberan la luz que cubre de serenidad sus entrañas azoradas.
Sus luceros bañados por recuerdos mustios proyectan cientos de futuros dichosos,
entusiasmando el alma a prolongar su pasión por amar.

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