Oh divino Maestro

Dios padre sagrado que conoces el porvenir, que sea alabado tu nombre bendito. Hijo de Dios, Cristo crucificado, perdona al mundo lleno de pecado. María purísima, danos la paz y que la serpiente esté siempre bajo tus pies. San Miguel Arcángel, protégenos del maligno y guía las almas hacia Dios para que sean amadas por siempre. Amén.

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