Oda a tus ojos
Ojos, ojos incoloros.
Si tuviera que asignarles un color sería negro, pues reflejan cada pigmento que existe en este mundo de luz.
Ojos, ojos encendidos.
Aunque estén cansados y adoloridos, no pierden su brillo ni resplandor.
Ojos, ojos devoradores.
Que con solo una mirada me atraparon y enrollaron hasta no poder respirar.
Esos malditos ojos que leen esta poesía, son la razón por la que sigo adelante y lo que alegra esta vida mía.
Me gustó mucho
¡Muchas gracias!