Oda a María, Magdalena

Oh mujer, todo fue mi maldita culpa, yo qué te di realmente nada. Yo debí ser tu y quizá en el fondo tu quisiste ser tu, para ahorrarme el dolor de tus sufrimientos. Más me he equivocado yo, cuando yo merezco morir no me importa si eres tu quien me va a matar. Pero yo no quiero sino justicia, y esa la mereces tu. Tú sabes bien que en tus manos está el universo, es una esfera girando y dentró de ella el infinito entero.

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