Nuestra especie

Estoy harta..

Estoy harta del bonito discurso de la definición de familia, una vida maquillada de solemne porquería, no tengo reparos de decirlo, porque estoy harta una vez más,

los hijos que son más hijos que los tuyos, los padres que no deberían serlo, pensar que existe un discurso moralista que termina en cháchara y reflexión absurda.

Estoy harta del recato, qué es?, porqué? cuándo se dió? Si el hombre vino desnudo a la tierra, a que le llamas recato? mentiras, salen de la boca de los hombres que pisan a toda una generación,sin embargo, todo tiene un límite,

el límite que para algunos es pasajero.

Que desperdicio de vida, te vas para no volver, quieres volver y creer que ahí estarán, pero como se hacen llamar familia si el gusto más ambicioso no es compartido y la vida entera se te va porque no puedes retenerla, no llega a ti, jamás y se escapa, se escapa lentamente de tus manos para no volver, que la vida es un chiste y un lamento a la vez, que se esfuma y no tiene sentido, que la vida es sexual y deciden prohibirlo, que los recatados ignoren tu presencia porque has de arder en el mas duro infierno, pero no más, se ha ido, se ha escapado, tu labor ha terminado.

Porque llegaste siendo un hombre, un niño, una mujer, pero te vas y no tiene sentido, no lo tiene, solo se ha ido y ha dejado a la mar sus desventuras para sumergirse en la miseria del manto sagrado y adorar lo que no le pertenece.

Es eso o es nada, es la vida sin remordimientos, es la vida sin escrúpulos, sin conciencia que cree saberlo todo y a la misma vez no entiende de sus ideas. Por fin te has dado cuenta que te avergüenza tu especie.