Mis cajones

¡Cómo mola este esquema!
Todo está bajo control,
no quedan cabos sueltos,
no quedan coladeros,
lo que no puede tapar,
lo ata dicha cuerda.
Por fin he dado con la tecla,
adiós a la tristeza,
para el resto van las penas,
yo dicto las sentencias,
yo pongo las condenas.
Tampoco es para tanto,
normalmente alzo la voz,
y suelto alguna que otra coz,
el calor del momento,
llamémosle calentón,
mi rostro coge la color,
joder con la olla a presión.
A ver, apago el fuego,
dejo que la olla chille,
qué ruido más cabrón,
que se vacíe, que haga pulmón,
y seguimos al pie del cañón.
Malditas sean las cuerdas,
malditas sean las cadenas,
éstas no nos liberan,
éstas nos crean problemas,
nos atan, nos bloquean,
nos hacen buscar peleas.
No vemos posibilidades,
vemos hostilidades.
Peligros, haberlos, haylos,
no todos son enemigos.
Hay matices, razones,
hay sentires distintos,
no por eso malignos.

Related Articles

Responses