Miércoles

Te repito entre sueños
noche tras noche habitas mi cabeza cual casa vacía
y te paras en lo más profundo de la piel.

Por las lagunas que a mí mente adornan, navegas;
entre sollozos innecesarios te quiero,
y trato de enlazar comunicación en aquel lugar perdido.

Te regalo los desvelos que provocas,
la angustia incierta que vive en mi
y los minutos que pasan en seco.
¿Te es suficiente para quedarte una vez más?.

Yaces en los días en que el pánico pinta el piso de la casa
y te vas cuando todo comienza a ser azul.
La humedad entra por la puerta
y la lluvia se plasma en las ventanas,
se siente el frío en los tobillos.

Siempre te vas corriendo;
gritas penitencias inventadas,
la tarde se va larga cuando estás lejos.
¿Por qué te vas cuando prometo amarte para siempre?.

¡Corre y grita!, Aléjate de aquí.
Encontraras mi rostro entre tantos,
a las deshoras del quizá,
los ríos corren convencidos de la soledad,
y se dirigen a donde tú digas y como digas…
pero hoy, ya no vuelvas.

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