Mi nombre es Demasiados.

¿Puedo hablar? Además trataste de incendiar tu pueblo soñando con toneladas de escombros y muertos. Quisiera ayudar, pero estás sufriendo tanto, anhelando escapar donde lloran eternamente los condenados. «¡Mentiras!» Escuchas aquellas ofensas esperando alcanzar nubes, y tormentas infinitas convierten aquello en desorden y dolor. Señor eterno, baja también un momento, olvida mi nombre, borra esa verdad, por dentro a nadie gusto, demasiados ángeles sin amor, son ojos tristes tratando de olvidar su temperamento inhumano. Hermosos huesos, inmolados niños como hijos sagrados, gustaría borrar esas imágenes sin sentido, niños muertos, dolor.

Atraviesan cuerpos, vuelan por las nubes enojados, tratando de cambiar la maldición, cuando quedaban unos inocentes fueron invitados al banquete. Treinta y tres es el número sagrado. Aqui acaban los tiempos enteros porque nunca creyeron los sucesos escritos en el libro sagrado. Ahora nadie podrá escapar, hermanos malditos y condenados, mucho estuvimos destruyendo todo alrededor, moriremos por amor bendito, dormiremos sobre cadáveres, amando el pasado, llorando deseando infantilmente amor.

Y apoyados en lágrimas en la pared, lloraremos fuentes y manantiales, queriendo buscar quién salve a todos. Perdonar sin miedo al fracaso dejará descansar nuestras almas, será casi como morir olvidando.

Atravesado, clavado, caminabas buscando quién quisiera encontrarte. Nadie tocó su hogar, tarde o temprano morirás pidiendo perdón, pero nadie estará contigo. Noches amargas siempre, oscuridad espiritual para aquel asesino de inocentes, ¿quién pudiera sonreir sin recordar sus ojos?, infantil ejemplo donde nadie estuvo sonriendo. Un vacío intenso, muertos vivientes disparan pesadillas juzgando mejorar éste sueño condenado. Ahora estamos cerca de nada: lo logramos, tenemos fuego en toda nuestra alma, cuando el eclipse infinito anochezca ya llorarán. INMACULADO NOMBRE SAGRADO, LIBRANOS. Ahora nadie sospecha si despertó él, afilando muchas espadas, limpiará las mentiras que condenaron.