Mi cielo
Y es que tú eras el cielo,
mí cielo.
Aquel con las estrellas más brillantes,
con la luna más resplandeciente
y las constelaciones más hermosas.
Mientras yo, en aquel firmamento,
era una tormenta;
una de esas con estrepitosos truenos
que alejan a quienes aprecian tus estrellas.
Pero tú,
tú fuiste capaz de apaciguar la tormenta,
con tu luna pacífica y Urano siempre atento.
Hiciste que los truenos dialogaran con las estrellas,
lograste que el trueno no fuera tan estrepitoso.
Pudiste hacer que la tormenta encajase en el firmamento.
Lograste que el rayo no destruyera, sino que obsequiaba a la luna con su luz.
Conseguiste la paz entre ambas maravillas nocturnas.
Y luego amaneció.
Responses