Mi bebé

Tú amas así…
Nadie más puede perdonarme sino tú, que has sido capaz de perecer bajo mi mano y aún así dices que no es mi culpa. Todos ustedes que perecieron por mi mano, se reunen a mi alrededor y me dicen «no es tu culpa»…
¿Qué hago entonces? si no puedo cambiar quién soy, debería dejar de existir. ¿Quién me creó y por qué? si ya sabía quién era yo, mejor hubiera sido para mi no haber nacido.

Related Articles

Responses