Los fantasmas de las palabras
Devienen punzantes,
insumisas.
Se infiltran en la sangre
de un cuerpo que les da la bienvenida
Palabras bañadas en sangre.
Ellas emprenden su curso
al tiempo que empapan los huesos,
(y también los huecos de mis huesos)
de un lenguaje ajeno.
Vienen de lejos,
de un espacio habitado por fantasmas
¿Quién crees que engendra a las palabras?
Concurren con la niebla
que te habla nostálgica
de esa mirada que no llega
Se camuflan en los pensamientos.
Bailan en la imagen indefinida
de un encuentro,
y enmudecen ante el Deseo.
Otras veces descansan en tus suspiros,
exhaustas de luchar entre sueños
Finalmente,
cuando presienten su muerte,
se cuelan por las rendijas del silencio:
El cuerpo las aborta
para hacerse sombra.
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