Llegaste a mi vida

Recuerdo la primera vez que ví esos ojos marrones llenos de brillo, una mirada tierna y dulce, la conexión entre nuestras miradas y el palpitar de mi corazón indicaba que está historia estaba a punto de comenzar, cómo vendedor atiendo muchas personas al día, pero contigo fue diferente, los días pasaban y seguías yendo a comprar y esa conexión se hacía más y más fuerte, no cruzamos muchas palabras más que el saludo diario, una semana más tarde, el día de mi descanso a sabiendas de que estarías allí como todas las tardes, tome la decisión de pedir tu número, me encontraba en la galería del negocio esperando a que salieras para saludar y obviamente en el primer intento fracase rotundamente puesto que mi nerviosismo no me permitió más que darte un saludo tenue casi sin voz, creí que habia perdido mi chance, luego de un rato recuerdo que regresaste con tu hermana hacia el local de enfrente yo seguía esperando en el mismo lugar como si el destino me pidiera estar solo un momento más, te quedaste afuera a esperarla, recuerdo que nos miramos profundamente y dijiste «querés decirme algo» con el corazón palpitando y lleno de ansiedad logré pedir tu número, nunca antes había tenido esa sensación, cuando dijistes que si se llenó de gozo mi corazón, me sentí como un niño recibiendo su regalo de navidad, desde ese momento supe que cambiarias mi vida…

Luego les contaré sobre el primer beso

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