Letanía

Cagüendiós es buenosdías
todo el día lo diría
pero por la moral de la gente
tengo que decir cagüendi…ente.
¿A quién molesta si digo “cagüen Cristo”
si hace casi 2000 años que nadie lo ha visto?
pero la moral religiosa
me obliga a decir otra cosa.
Si espeto “cagüen la virgen”
que lo retiren, me exigen,
pero hay que ver lo bien que suen
cuando lo haces en la Virgen de la Macarena.
Cagüen San José
no suena tan bien
porque, si por María engañado,
encima de cornudo, apaleado.
Manchar a los santos de hez;
de uno en uno, rara vez
ahora; como estén todos juntos
tras Dios y la virgen van los segundos.
Si los apóstoles son tu objetivo,
ayudarte es lo que quiero cuando escribo.
Aquí están los doce y sus leyendas
para que de memoria te los aprendas,
no sea que la cagalera sea galopante
y te quedes corto con lo de antes.
Si te cagas en S. Pedro y quieres ir al cielo,
apañado lo llevas, compañero,
pues es quien te espera a las puertas,
hoy en día, pocas veces abiertas.
El tan Simón también llamado
se entera cuando blasfemas hasta en el excusado.
Hermano de éste y apóstol también
era conocido de nombre por Andrés
pero, salvo donde hagan por él fiesta,
nadie se caga en él cuando lo despiertan de la siesta.
Juan y Jacobo eran otros apóstoles hermanos,
¿el quinto?, Mateo, el publicano,
aunque algunos dirán ¡no!, el octavo
aviso que para mí, aquí el orden es secundario.
¡Ojito! Evacuar en Santo Tomás es peligroso
porque, parece original, y hasta gracioso
pero, el tío, de la bondad predicador…
ponía a parir hasta al apuntador.
¿Suena largo “cagüen S. Natanael”?
pues ten cuidado, no te quedes sin papel,
ahora, si el mencionado de escotex
tienes hasta para Judas Iscariote.
Y seguimos nuestra querida letanía
con más hermanos todavía.
Judas y Santiago son hijos de Alfeo,
e ideales para esas situaciones en el aseo
en las que: -“ya que estoy, pues de paso también meo.”
Estaría bien aquí un inciso
porque, en esto, quiero ser preciso
y, como estamos ya por la decena,
hay que decir que “me cagüen diez” es una pena.
De S. Felipe es el turno siguiente
pantalones abajo y ¡a hacer de vientre!
que Simón, el Celote, va a llegar
y como dice un amigo de la universidad
“espera un momentito, que me voy a reflexionar”
Y así es como leí la Biblia,
una historia de amor y dedicación fraterna
pero sobre todo, sobre todo,
un gran libro para estar al lado de la cisterna.

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