Las Leyes del Sufrimiento (Introducción en Verso)

Desorientado elaboro estructuras de versos,
Soy un arquitecto especialista en puntos de peso,
He estado toda mi vida contra el suelo,
Debido a esta experiencia redacto este modelo,
No lo tomes como un ensayo o una hipótesis en duelo,
Que sí se habla de pesimismo, mi opinión vale el consenso,
Sí se habla de odio, constantemente lo experimento,
Sí se habla de dolor, el resultado de los experimentos culminan siempre en esto.
Soy el conejillo de indias de mis propios experimentos,
Por tanto,
No hay nada ni nadie más capacitado en esto.
Os relato una pizca de mis descubrimientos;
Las leyes del Sufrimiento.

Pesimismo, Odio y Dolor.
Los pilares de una vida bajo el suelo,
Los muñecos de prueba viven con el anhelo de vivir en un mundo paralelo,
El efecto de ese anhelo son los celos hacia sus opuestos.
Existen deseos de vida detrás de los no-muertos.
Cuando la dualidad vida-muerte expulsa a la suerte,
El destino es una cualidad inerte.
La atemporalidad tu día a día lo convierte en una secuencia de días congruentes,
Se pierde los inicios diferentes,
Dejas de pertenecer al esquema común de los entes,
Observas todo con un putrefacto lente.
De repente, el calendario pierde actividades,
O en todo caso son suplantadas por eternos malestares;
Carcomen algo más significante que la carne,
Alma y Espíritu devorados hasta al punto que no reencarnen.

Tener que morir de ese modo,
Para después abrir los ojos.
No existe más allá en una singularidad;
Sin embargo, no es la misma historia en una dualidad.
Cuando representas tanto la vida como la muerte,
Estas esclavizado ante un régimen de leyes,
Las leyes del sufrimiento,
Implícitas en vivos que dieron su último aliento.
Un esquema de acciones funesto,
Donde se es tratado como un mísero resto,
Sobrecargas forzadas de conocimientos,
Los tragos amargos abundan en todos los aspectos.
La infelicidad forma un reino,
Gobernado por el filo hilo de la crudeza,
El Arsenal se abastece de folios de información que atienden al llamado de la razón,
Y cuando se buscan certezas se observa directamente el vacío,
En donde la gravedad onírica encuentra su espacio,
La gravedad mental atrae abajo tú autoestima,
Mientras más bajo, más te lástima,
El peso se duplica por las faltas de estima,
En los recuerdos de la niñez nulos en carisma;
Pero abundantes en la misma sucia baja-autoestima.

Te identificas a ti mismo como la nada,
Para algunos Nihil es la representación más clara.
Maldiciones a diestra y a siniestra, después de maldecir tú propia existencia,
Deseos de formar parte en la inexistencia,
Acabar con esa dualidad que sin juicio aplicó la sentencia.
Llegar al último escalón del Dolor,
Echar vista abajo para contemplar la función,
De la que sin tú consentimiento ejercites acción.
En cada escalón la gravedad mental ejerce atracción,
En el último nace la intención
De dar un paso en falso en la suposición,
De que a está maldita maldición le llegará su periodo de extinción.
Después del último escalón del dolor
Le sigue un precipicio,
La gravedad mental evita el sacrificio,
Pero cuando los males se vuelven enemigos,
El sacrificio se cumple por medio del suicidio.
Pocos saben, la verdad detrás del que se suicidó,
Pero dentro de su cabeza se sacrificó,
Pues algunos males estuvieron dispuestos a matarse,
Para que otros vivieran en paz y por fin pudieran salvarse.
Sí eso no es sacrificio, tacha a Dios cómplice de homicidio.

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