Lamento

Tus ojos; en un triste reproche
para mis ojos se abrieron,
despojos del canto de las flores,
que lentamente se desvanecieron,
como las aves, que en su vuelo entregaron
a los cielos el candente roce,
en los labios de la luna depositado,
por las aguas del destino desplazado.

Y tu corazón; el corazón de las montañas,
en mis manos colocado, la sutil ofrenda
de mi alma, que abnegada, a la vida
arrancó el silencio y lo volvió semilla,
y en su estéril claridad, transformado
en espina se clavó en la grieta
de tu alma y cercenó tranquila
la blanca vida de nuestra soledad perdida.

Y tus manos que a los vientos
con tiernas caricias sofocaron,
de la endeble noche se cansaron,
nunca más la tierra sentirá un lamento,
nunca más los árboles la suave brisa,
nunca más el sol brillará un momento,
sólo mis pasos sonarán de prisa,
sólo mi corazón gritará violento.

Related Articles

Responses