Lágrimas oscuras

Cuando las lágrimas empañan mis ojos
veo a través de la penumbra y distingo
los miedos oprimidos que van a desaparecer,
distingo entre el bien y el mal más allá
de los días y las noches.

Cuando los silencios de la noche
silban a lo lejos,
veo llegar el tren de la ilusión
que se cruza en la estación del deseo

Oigo los sonidos de mi corazón,
a veces me susurran palabras,
que tú me dijiste

Me gusta buscar en la inmensidad del espacio,
ver las cumbres nevadas, a lo lejos, a lo lejos,
en aquellas montañas perdidas en el horizonte

¡Cuántas veces he deseado!
que alguien me comprendiera!
supiera hablarme al oído y contarme cuentos
mientras me dormía abrazado a su pecho.

A veces la duda asalta mi pensamiento,
me taladra con su fuerza insegura,
me arrastra en un mar de intranquilidad.

Entonces me sumerjo en el mundo de la pesadilla,
de la angustia desbocada, ésta se apodera de mí,
me coge como a un muñeco en manos del oleaje
estrellándome contra las rocas del acantilado,
con ímpetu salvaje, destructivo,
rugiendo bravía entre la espuma blanca y sedante.

Solamente la fuerza inmensa del amor,
que mana como la luz de una vela en la noche,
me guía a través de la infinita oscuridad de mi alma.
Quiero besarte con el impulso de siglos
que han oprimido mi pecho desnudo,
expuesto a la tempestad de la lujuria incontestable,
surgida del interior más profundo

Alguna vez alcanzaré a tocar tu piel blanca,
desnuda, suave como el terciopelo.
Me adentraré en el mundo de tus caricias
buscando la verdad como un niño perdido
que encuentra la mano de su madre.

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