La soledad

La soledad,
la soledad es un sentimiento difícil;
es desconfiada, es muy pesimísta,
no cree en nadie.
Además se refugia en sí misma,
está acostumbrada y se necesita así misma.
La soledad se consuela así misma,
cuando desconfía, cuando teme,
cuando le hacen daño,
se refugia en sí misma;
se ama y no quiere perderse
porque es la única que se cuida.
La soledad tiene un vínculo con ella misma.

La soledad se refugia en sí misma,
pero buscas distracciones,
intentas no sentirte solo, y lo consigues.
En el momento en el que buscas
refugio fuera de tu soledad
y encuentras alguna distracción
o a alguna persona,
tu soledad parece desaparecer;
pero en el momento en el que
sales de ese refugio,
la soledad vuelve,
y más fuerte.

La soledad es tímida, se esconde,
no se muestra a los demás.
Las personas que viven en soledad,
siempre dicen que son muy felices así
y que no necesitan a nadie,
intentan aparentar pero es todo lo contrario,
y es por esto, la soledad se esconde,
no se fía de nadie,
tiene fobia a los demás.
La soledad no quiere ser vista,
vive encerrada.
La soledad solo tiene una cura,
el amor.
Pero la soledad se estima tanto así misma
porque solo se tiene a ella,
que rechaza al amor.
La única vía de escape, es rechazada;
tampoco se fía del amor ni cree en él;
no se fia de nada ni de nadie.

La soledad no quiere que la molestes,
no le gusta hablar,
no dirá ni una palabra,
es imposible razonar con ella.
Solo hay una forma,
llevandola al límite,
desmoronando todo su mundo,
sacandola a la luz, descubriendola;
fragil y sensible a la luz,
se muestran sus debilidades.
Esto hace que la soledad se enfade
por romperle su armonía.
Estará furiosa y empezará a gritar;
entonces todos podrán oirla,
podrán verla.

La soledad al descubierto.
Sentirá vergüenza porque todos
la estan mirando
y se enfurecerá aún más.
En este momento es cuando
te echará toda la culpa
y se volverá contra ti.
La soledad empezará a atacarte
y tú solo tendrás dos opciones:
Luchar y vencer,
o rendirte y morir.