LA RECUPERACIÓN

Quería encontrar el camino
que me llevara a mi destino
lejos de mi enfermedad
causante de mi debilidad.

Poder hacer de antemano
lo más sano
sin poner en evidencia
a su excelentísima eminencia.

Recuerdo que no hace tanto
yo no conocía el llanto
quisiera mantener esa ilusión
en un rinconcito de mi habitación.

No supe valorar lo que tenía
todo me daba manía
si vuelvo a tener esa armonía
lucharé por ella día a día.

No hay palabra suficiente
que defina como se siente
el corazón de un indigente
y si lo dice, miente.

Necesité tiempo para darme cuenta
pero al fin después de la tormenta
encontré una herramienta
hacia mi recuperación, eso sí, lenta.

Sería la solución
a toda esa reacción
que origino la prohibición
al juego y a mi pensión.

Había probado muchas opciones
pero nadie me daba soluciones
hasta que un día sin más dilaciones
encontré Hipócrates por varias razones.

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