La poesía no se abandona.
Es una extraña sensación
que me salva de la penuria
o me ahoga en ella hasta el extremo
pero reconfortándome, no obstante.
No puedo explicarte
porqué huí una tarde de tus sueños
ni porqué desaparecí de otras vidas.
No sé cómo suceden muchas cosas,
ni tampoco sé porqué no vuelvo a ellas
para buscar una explicación que me salve.
No tengo interés, ni me empuja
la más mínima intención de hacerlo.
Pero la poesía no se abandona
siempre vuelvo a ella, irremediablemente,
desde que descubrí el elixir que guarda
y que cura esta alma mía.
No podría vivir sin ella,
ni alejarme un poco siquiera.
Viene conmigo igual que lo haces tú.
Allí donde esté, donde anden mis huesos
allí estará conmigo, o yo con ella.
La poesía alimenta mi espíritu
base poderosa de mi existencia.
Me calma, me sacia,
despierta la esencia escondida
y calmada que llevo dentro.
Sin ella estoy perdido,
igual que si no te tuviera,
sería un camino vacío
sin cantos, ni naturaleza,
la misma sensación que si no te tuviera.
Y sentirse vacío es lo último,
he visto a personas muertas
vagando sin poesía por las calles.
Yo no quiero eso, nunca.
Yo vivo rodeado de alegría
o inundado de pena, a veces,
pero muy vivo, muy alto, muy fuerte
al tenerla de compañera.
La poesía y tú sois, a veces Una.
Que en simbiosis perfecta
arrancáis de cuajo mis pesares
que camináis a mi lado, sin fallarme
cuidando de esta ánima frágil.
La poesía y tú sois mi esperanza
de seguir disfrutando las cosas más bellas que me regala la vida.
Es por esa trascendental importancia
por lo que Tú y la Poesía
nunca se abandonan.
Responses